viernes, 14 de noviembre de 2008

En defensa del periodismo cultural


El Universal Viernes

14 de noviembre de 2008


En 2007, el jurado del Premio Nacional de Periodismo concedió a Paco Ignacio Taibo I el galardón a la Trayectoria Periodística. A continuación reproducimos su discurso al recibirlo:
Es un alto honor recibir este Premio Nacional de Periodismo por trayectoria, hoy fuera de manos oficiales, sobre todo, por el hecho de que lo otorga un jurado de pares, compañeros de un noble oficio que hacen a un lado rivalidades y envidias posibles para reconocer a sus colegas. Me enorgullece pertenecer a este gremio y felicito desde el fondo de mi corazón a todos los premiados.
Empecé a ser periodista sobre un par de ruedas, como cronista de ciclismo en los años cincuenta y hoy, tanto tiempo después, como podrán ver, sigo sobre ellas. Tal vez un poco más cómodo y con un poco más de ayuda.
Permítanme una breve disquisición acerca del oficio periodístico y de su vertiente cultural, a la que he dedicado gran parte de mi vida y de la que no me arrepiento ni un ápice después de más de 60 años de ejercicio continuo.
Estoy convencido que el ser periodista no es más que convertirse en una extensión de los ojos que no están allí para ver, los oídos que no están allí para escuchar y en algunas honrosas ocasiones, en la voz de los que no pueden hablar tan alto como quisieran para ser escuchados.
Un oficio gratificante, sí, y en ocasiones terrible, porque ser la voz de otros te pone en la mira de los más oscuros intereses y en blanco del poder y sus acechanzas. Un oficio que paga mal y que en ocasiones se cobra con la propia vida como bien saben dos de las premiadas, que no están aquí para recibir nuestro homenaje: Teresa Bautista y Felicitas Martínez de la radio comunitaria de San Juan Copala, Oaxaca. Un oficio donde, si nos permitimos olvidar, estaremos condenados, una y otra vez a repetir el oprobio, la vergüenza y la desazón.
Un oficio en el que, si nos callamos una sola vez, nos quitarán para siempre la voz y la palabra. Un oficio en el que la única credencial válida es la propia palabra.
La moral, contra la siniestra lógica de un oscuro personaje de nuestro México, no es ese árbol que da moras. Es más bien, un almohada, no siempre mullida que nos permite dormir por las noches y dar de comer a nuestros hijos sin una pizca de remordimiento, haciendo lo que sabemos hacer. Ética significa no estar a la venta, estética es simplemente ponerse guapo a la hora de plantar la renuncia sobre la mesa.
Muchas generaciones de periodistas estuvieron a mi lado: algunos dicen que aprendieron mucho de mí y yo digo que todos los días aprendí algo de cada uno de ellos; mis hijos en broma me llamaron en alguna época “El Dr. Frankenstein” porque decían que creaba monstruos y luego no sabía que hacer con ellos.
Lo que puedo decir es que aprendimos juntos y que la escuela, la verdadera escuela de periodistas es la calle y la redacción, las noches en vela buscando las palabras correctas, las largas caminatas buscando información y las cientos de negativas a las que uno se enfrenta a lo largo de la vida.
Aprovecho hoy que tengo la voz y la palabra, y este público cautivo y generoso para exigir el regreso de las secciones culturales a nuestros periódicos, que avasallados por la televisión, la radio y el Internet, quieren parecerse a ellos sin saber que son únicos y especiales y que si acaso, sólo deben parecerse a si mismos.
Hoy, esas secciones culturales, o desaparecieron, con honrosas excepciones que marcan la tendencia, o están arrinconadas entre bodas, bautizos o espectáculos. Parece ser que la cultura no vende, o eso me dijeron. Y la cultura, lamento informarles, no está hecha para vender sino, acaso, para congraciarnos con el mundo, con la inteligencia, con lo mejor de nosotros mismos.
Sí no están allí las secciones culturales, ¿como sabremos quiénes son los jóvenes poetas?, ¿donde se estrenan las obras de incipientes dramaturgos?, ¿como es de bello el giro que hace en el aire esa pequeña bailarina que apenas comienza? Priva el escándalo, muy de boga en nuestro tiempo.
Para algunos siempre es más importante el saber cuanto cuesta el festival que lo que este significa para todos aquellos que puedan disfrutarlo. Los museos no existen a menos que un temblor los derrumbe desde sus cimientos. Los poetas no están presentes a menos que haya que escribir sus obituarios. Hoy, hay un nuevo género periodístico llamado transparencia, peticiones de información administrativa que ni a mí ni a los lectores nos están contando todo lo que verdaderamente queremos saber.
Me parece imprescindible que el acceso a la información sea expedito e irrestricto y que las instituciones den cuenta clara y puntual de sus actos y sus pagos. Pero también me parece imprescindible que los periodistas culturales cuenten lo que queremos todos que nos cuenten, que no es más que lo que ven, lo que escuchan, lo que viven. Hay que quitarnos de encima la carga de pertenecer a esa entelequia llamada “opinión pública” para empezar a preocuparnos de una vez por todas de “la opinión del público”, ese que está al otro lado de las páginas del diario queriendo saber todos los días más.
¿En que momento perdimos la brújula, el rumbo, la generosidad para ser los ojos, los oídos y a veces la voz de los más?
Abramos nuestras páginas a cronistas, críticos, moneros, observadores puntuales de nuestro acontecer cultural y creadores ellos mismos. Apostemos al caballo de la inteligencia y veámoslo correr, sólo hacia la meta.
Recibo este premio con enorme placer y lo comparto por merecimientos propios con Maricarmen, que siempre ha estado a mi lado, desde el inicio de los tiempos, desde que tengo memoria. Sigo sobre ruedas, viviendo la maravillosa vida que me toco vivir.
Para finalizar solamente, permítanme terminar con una frase de un gran amigo que me acompañó un largo trecho en esta aventura: El gato culto, que si estuviera aquí seguramente diría:
“LOS PREMIOS NO ME IMPORTAN, EXCEPTO CUANDO ME LOS DAN A MÍ”.

Muchas gracias.

miércoles, 30 de abril de 2008

La Importancia de Desarrollar la Inteligencia Emocional y Espiritual

Cuantas veces en la vida, te habrás dado cuenta de personas que conocías del colegio o en la universidad en que estudiaste, que considerabas brillantes, han logrado un éxito limitado, o sus vidas hoy son un desastre, porque han sido despedidos de sus trabajos en forma reiterativa, tienen conflictos laborales, malas relaciones con sus jefes o subalternos, problemas para trabajar en equipo, inestabilidad en sus relaciones personales, o les va bien en lo económico y mal en lo emocional, o simplemente se encuentran perdidos en la vida y llenos de insatisfacciones, lo cual te ha causado gran extrañeza ya que estas personas poseían un alto coeficiente intelectual.




La razón de ello es que estas personas tenían un alto coeficiente de Inteligencia Racional, pero les faltaba desarrollar la Inteligencia Emocional y Espiritual para lograr el “Éxito en la Vida”, cabe destacar que es muy importante definir que entendemos por éxito, quedando de manifiesto que lo más es aprender a saber vivir, ser inteligente en el tipo y calidad de vida que se tiene.

La experiencia y los numerosos estudios que existen demuestran que la inteligencia racional no es suficiente. Se requiere, de la inteligencia emocional para salir adelante y estar equilibrado en la vida.
Siendo la inteligencia emocional la capacidad de entender, de tomar conciencia, de manejar sus emociones, las de terceras personas, de tener empatía, tolerancia y en definitiva conocerse y tener seguridad en si mismo, y así tener el control de su vida.

Muchas personas hoy viven para trabajar y no al revés, volviéndose trabajólicos, lo que da como resultado un gran vacío interior y que a sus vidas le falta sentido, el sentido de porqué están vivos, mientras más cosas materiales logran, más vacío interior sienten.

Han proliferado los centros comerciales, las personas para llenar esos vacios, se compran cosas esperando que ellas les llenen y satisfagan, lo cual nunca ocurre o dura muy poco, entonces se cae en la trampa del consumismo y así y todo no sentirse feliz.

La mayoría de las personas no entienden lo que le pasa, porque saben que en general tienen todo para sentirse bien: un extraordinario éxito profesional y material.

Aparentemente, tienen inteligencia racional y emocional pero, quizá, le falte inteligencia espiritual para encontrar una mayor felicidad y sentido a la vida.
La Inteligencia Espiritual empieza a tomar cada vez más sentido especialmente en los negocios. Incluso prestigiosas universidades americanas ofrecen cursos de pregrado y postgrado de liderazgo y espiritualidad y de inteligencia espiritual.

La inteligencia espiritual es complementaria a la inteligencia emocional, llevando al ser humano a un plano más profundo.
Se requiere ser cada vez más conscientes de sus emociones, así como de su espíritu. No sólo bastará aprender a manejar sus emociones, sino que también aprender a desarrollar su espíritu en su actividad diaria, no transando los valores humanos, por una excesiva y mal entendida competitividad.

El ser humano en la sociedad actual hay perdido la noción y la importancia de que todos SOMOS una parte de un TODO, bastará que dañemos una parte para que se vea afectado el Todo.

Basta recordar, como eran cuando niños, que pasó con tu inocencia, tu frescura, tu flexibilidad, tu confianza en Dios, sin temores, sin miedo a hacer el ridículo, expresando tus afectos, ¿que te pasó?, ¿que te hizo cambiar tanto? y olvidar lo hermoso de tu corazón, la simpleza de la vida en los pequeños detalles, y te has ido transformando perdiendo la esperanza de vivir en un mundo especial.

Justamente, lo que se perdió, fue que perdiste la conciencia de ti mismo, del universo como un todo, dejaste de escucharte, de vivir, tus sueños, de expresar tus afectos, en definitiva dejaste de lado la Inteligencia Emocional y Espiritual, que te permiten entender que eres mucho más que un cuerpo, una mente y sus emociones, sino que somos seres espirituales viviendo experiencias humanas.

Las personas que desarrollan su Inteligencia Emocional y Espiritual, recargan permanentemente sus espíritus, practicando una disciplina de autoconocimiento, autoayuda y conexión superior, permitiéndoles mantenerse centrado frente a las diversos escenarios de aprendizaje que ofrece la vida.

La Inteligencia Espiritual, implica tener conciencia del prójimo y de mantener sano su espíritu en cada instante y en todas las actividades que desarrolla el ser humano a diario.
El ser humano en la sociedad actual se ha transformado en un energúmeno, en pro de una competencia desproporcionada y poco sana, olvidando conceptos básicos del desarrollo del espíritu tales como la compasión, armonía, tolerancia, aceptación, amor, felicidad y paz.

Aferrándose a cosas que cuando muera no podrá llevar a ninguna parte, habiendo perdido la oportunidad de aprender lo realmente valioso de la experiencia de estar vivos aquí y ahora.
Por lo tanto es de real importancia, que como SER HUMANO, con mayúsculas, aprendas a desarrollar tu Inteligencia Emocional y Espiritual, entendiendo que eres parte de un TODO y que si dañas a otros, te estás dañando tu mismo, ya que estarás practicando la ley de la atracción, la ley de acción y reacción o ley del karma.

En el plano espiritual Todo está conectado con Todo. El ser humano quiere cambiar el mundo y vivir en un mundo mejor, la forma de hacerlo es justamente desarrollando las Inteligencias Emocional y Espiritual, ya que con ello se acabarían los conflictos laborales, interpersonales, la competencia interna, las malas relaciones personales y familiares, entendiendo que cada ser humano en su trabajo cumple un rol de servicio a la humanidad y que obviamente es remunerado porque necesita satisfacer sus necesidades de vida.
El mundo será otro, ya que se acabará la pobreza extrema, las guerras y viviremos en paz y armonía.

El sendero para buscar y desarrollar las inteligencias emocional y espiritual, no se vende en las tirendas , requiere de dedicación, de práctica que en la medida que se avanza y que por cierto no es tan fácil, debido a que debemos desaprender muchos pre conceptos adquiridos, esta práctica es de un gran descubrimiento, lleno de emociones, satisfacciones de crecimiento y logros, que requiere mucha perseverancia, pero que sin lugar a dudas es el camino para alcanzar la felicidad, la armonía y el equilibrio en tu vida y con ello contribuirás a que tu mundo y el mundo que te rodea sea mejor de cómo lo encontraste.

Publicado por J. Carlos Fernández
en Buscadores de la Luz Yahoogroups
http://espanol.groups.yahoo.com/group/buscadoresdelaluz

Superar los obstáculos


Cuando no podemos visualizar nuestros deseos o cuando no logramos obtener estímulos de ellos, nos encontramos ante un obstáculo en nuestra motivación. Esto puede convertirse en un problema a la hora de iniciar una actividad_ "No puedo ponerme en marcha"-o bien una dificultad que nos impida o entorpezca el avance-"He perdido el interés"-Para estas dos situaciones podríamos encontrar unas causas bastantes frecuentes: el miedo y la confusión, en el primer caso; y el aburrimiento y la falta de resultados, en el segundo.

EL MIEDO:

Muchas veces, el miedo puede disuadirnos de emprender un nuevo rumbo. Sin embargo, el miedo no obedece a una falta de motivación sino todo lo contrario: las cosas que nos interesan mucho también nos dan mucho miedo por la posibilidad de que no resulten como las imaginábamos. Con todo, el simple sustitución de la frase "me da mucho miedo" por "me gustaría mucho" nos devuelve muchas veces las riendas de la situación y puede funcionar para salir de la inercia y ponernos en acción. Creo que el mejor consejo para enfrentar el miedo es aquel que ya he comentado alguna vez, y que se resumen en el título del libro de la psicóloga Susan Jeffers, "Aunque tenga miedo hágalo igual".


DESINTERÉS:

A veces la sensación de desconocer qué es lo que queremos toma la forma extrema del " no hay nada que me interese". Salvo en los casos de una profunda depresión, esto no es así. El desinterés generalizado es una dificultad de entrar en contacto con los propios deseos. Esta dificultad es, en la mayoria de los casos, una manera de evitarse el dolor que conlleva querer algo. Porque llegar a ese "algo" implica siempre un trabajo, aunque sea un trabajo con el que disfrutemos. Desear representa enfrentarse con la incertidumbre y el riesgo. Para evitarnos este riesgo, muchas veces terminamos eligiendo no querer nada, no elegir. Esta actitud nos evita dolor pero, inevitablemente, nos conduce a una vida pobre y gris.A


ABURRIMIENTO:

¿A quién no le ha ocurrido haber comenzado una actividad repleto de entusiasmo y energía para que, al cabo de un tiempo, se instalen gradualmente el aburrimiento y el desinterés?Es la sensación del "esto ya no es lo que era". Muchas veces, ésta es la evolución natural de las cosas, pues se convierten en lugares que ya no nos pertenecen o a los que nosotros ya no pertenecemos y de los cuales tendremos que saber retirarnos.Otras veces, en cambio, ocurre que espacios que todavía nos interesan a largo plazo, en lo inmediato no nmos motivan. Lo que sucede en este caso es que, en un principio, es suficiente con la novedad y el estímulo externo para generar la motivación, pero una vez que esto ha pasado, es necesario poner algo de nosotros mismos para enriquecerlo. Ninguna actividad, tarea, relación de pareja o vínculo emocional se sostiene si no ponemos de nuestra parte. Es necesario cuidar de ello y nutrirlo para que siga respondiendo a nuestros deseos y nos motive.


FALTA DE RESULTADOS:

Otra causa frecuente de desmotivación es la falta de obtención de resultados: "¿Para qué continuar, si no obtengo nada de ello?" La motivación proviene de la sensación de que estamos avanzando, y los pequeños logros son a veces necesarios para conseguir esa sensación. Pero creo que en estos casos el problema está en confundir la forma en que intentamos algo-el plan de acción-con el deseo o interés que la sustenta. Si las cosas salen mal, lo que deberíamos replantearnos quizá es el "cómo estamos buscando algo determinado, pero la dirección en que queremos dirigirnos-el "qué"-no debería depender del resultado. Siempre podemos cambiar de ruta, pero el rumbo es algo más profundo, que debe ser trazado a partir de nuestras emociones y no de las múltiples fuerzas de las que dependen el éxito o el fracaso.


Dr. Demián Bucay.

martes, 22 de abril de 2008

La ley de la Atracción y el amor

La Ley de la Atracción funciona en todos los aspectos de nuestra vida: salud, finanzas, amor, estado de ánimo, relaciones, etc. Sin embargo hay que anotar que si bien podemos llegar a tener nuestra alma gemela gracias a El Secreto (Ley de la Atracción) no podemos nunca doblegar la voluntad de otra persona para lograr que nos ame y desee estar a nuestro lado.

No importa cuánto lo deseemos. No importan nuestras buenas intenciones con esa persona. Esa persona debe estar legítimamente interesada en nosotros para que una unión de pareja se lleve a la realidad.
Desear estar sólo con una persona y únicamente con esa persona cuando el viento no está a nuestro favor equivale a oponer resistencia a las fuerzas del universo que pueden llegar a conspirar en nuestro bien si las dejáramos hacer su trabajo.
Cuando sientes que sólo esa persona te podría hacer feliz contradictoriamente estás poniendo una barrera a tu felicidad sentimental. El amor no se puede ni se debe forzar. Tu alma gemela llegará hasta tí si abres tu corazón y tu alma al universo permitiendo que el flujo ilimitado de recursos llegue hasta ti.
Esto no significa que no puedas pedir al universo tener a esa persona en particular. Puedes hacerlo, simplemente añade siempre una puerta abierta para que llegue el amor de tu vida. Esto quiere decir, pide por quien tú quieras “o por alguien mejor”. No te imaginas el poder tan grande que se esconden detrás de las palabras “o alguien mejor”.
Si en este momento tu enamoramiento no te permite ver que realmente puede haber alguien mejor, entonces debes trabajar en tratar de comprender este hecho. Tus sentidos en este momento te limitan y te puedes estar negando una bella posibilidad de tener a tu lado a una persona maravillosa, aquella que ha nacido para llegar hasta ti.
Te voy a decir esta frase que leí hace poco y espero que al leerla te sientas motivado y logres romper la barrera que te separa de aquello que anhelas:
“Lo que sea que estás buscando en este momento, te está buscando a ti”
Otra cosa es que nadie te podrá amar en realidad si no te amas tú primero. Así que te propongo un ejercicio si tu caso es de baja autoestima por tu aspecto físico, por tu personalidad o por cualquier otra causa, puedes adaptarlo a tu caso particular:
Todos los días busca un momento tranquilo, ponte cómodo y comienza a recorrer cada parte de tu cuerpo dando gracias a Dios, la vida, el universo o aquello en lo que tú creas por darte ese cuerpo. Dile cuánto lo amas. Piensa en que el único amor que tú puedes garantizarte es el amor propio. Es el único que está en tus manos. Siente el poder de amarte a ti mismo y exprésate amor. Siéntete poderoso y disfruta de tu capacidad para amarte.
Hecho con regularidad este ejercicio te llenará de amor propio, de confianza y seguridad y poco a poco vas a comenzar a proyectar en otros ese amor propio.
Hablando puntualmente de belleza, te aseguro (y tú lo sabes) que las personas más atractivas no son necesariamente bellas físicamente.
Yo conozco hombres y mujeres que proyectan un magnetismo irresistible sin tener físicamente los cánones de belleza que nuestra sociedad exige.
Ojo, esta no es una declaración de rebeldía contra la belleza, ser bello no duele y de hecho creo que debemos cuidar nuestro cuerpo a la par con nuestra mente, sólo pienso que la belleza se proyecta de adentro hacia fuera y que la mayoría de las veces aquellos que dicen “lo importante es el interior” lo hacen para justificar su falta de amor propio. ¡Ojalá pudiésemos decir esa frase con total convencimiento! Porque es cierta letra a letra.
La autoestima es el primer paso hacia una relación de pareja armoniosa. Si te vendes barato nadie podrá valorarte y darte más de lo que tú crees que mereces.
Ámate a ti mismo y abre las puertas al amor de tu vida.

Te deseo éxito, prosperidad y mucho amor
Eliana EL
www.CreaTuRealidad.com

Como cultivar la mente para practicar el éxito


Dr. Camilo Cruz


De acuerdo a la ley de atracción, nosotros podemos utilizar la pantalla de nuestra mente subconsciente para proyectar en ella nuestro triunfos o nuestros fracasos. Dependiendo de lo que decidamos proyectar viviremos una vida de éxito y felicidad o una vida de frustración y desencanto.

Hace algunos años una escuela puso a prueba este postulado de que los pensamientos y las imágenes que mantenemos en la mente, en forma permanente, tienden a reflejarse en las condiciones y circunstancias de nuestro entorno. Para comprobarlo, tomaron tres grupos de jóvenes y los llevaron a la cancha de basketball para determinar que tan efectivos eran encestando desde la línea de tiro libre. La escuela determino que el promedio de efectividad de los tres grupos era muy similar y equivalía al 22%. Es decir, que lograban encestar solo dos canastas de cada diez intentos. Posteriormente, tomaron el primer grupo y le dieron las siguientes instrucciones: "Durante los próximos treinta días queremos que vengan al campo de juego y practiquen su tiro libre durante treinta minutos".

Al segundo grupo le ordenaron que durante los próximos treinta días no tocara el balón, ni practicaran, y que solo se limitaran a ir a la biblioteca durante media hora todos los días para realizar un ejercicio de visualización en el cual se imaginaran ejecutando lanzamientos de tiro libre sin fallar ninguno de ellos. Las instrucciones eran que se vieran encestando cada lanzamiento que hicieran.

Al tercer grupo se le encargo que realizara el mismo ejercicio durante todo el mes, y que, además, entrenaran todos los días media hora en el campo de juego, teniendo en cuenta las imágenes mentales que habían visualizado. Al final de los treinta días volvieron a medir los porcentajes, para establecer el efecto que las practicas, tanto físicas como mentales, hubiesen podido tener en el desempeño de los jugadores.

El primer grupo, que practico treinta minutos diarios, incremento su efectividad de un 22% a un 32%. Y aunque un 32% aun es muy bajo, lo cierto es que represento un aumento de un 50% sobre el nivel del cual habían partido.

El segundo grupo, que no realizo ningún día de entrenamiento, pero que desarrollo durante los treinta días el ejercicio mental de visualizarse acertando todo lanzamiento, subió su porcentaje a un 42%. Lo increíble es que sin hacer ningún tipo de practica física, su efectividad se duplico. Esto es un logro espectacular, especialmente si se tiene en cuenta que lo único que cambio fue su programación mental. Ellos modificaron un programa mental en el cual se veían siempre fallando, por uno en el que se veían siempre triunfando, y ese solo cambio les permitió aumentar su efectividad en un 100%.

El tercer grupo, que realizo los dos tipos de practicas, subió su porcentaje a 86%. Como te podrás dar cuenta, hubo un enorme incremento en la efectividad de aquellos jóvenes que practicaron tanto física como mentalmente. Su eficiencia aumento en un 300%. Esta verificación muestra la indiscutible relación que existe entre nuestros pensamientos y nuestra manera de actuar. La buena noticia es que este es un poder que esta al alcance de todos.

Imagínate si de ahora en adelante comienzas a hacer lo mismo antes de entrar a tu próxima entrevista de trabajo, o antes de hablar con tu siguiente cliente o de participar en tu próxima competencia o de empezar tu siguiente día. Que tal si comenzaras a practicar tu éxito mentalmente en lugar de sabotear tus posibilidades de triunfo, practicando tu fracaso. Si utilizas tu pensamiento de esta manera lograras hacer que tu éxito sea un reflejo automático. Sin embargo, para que esto suceda, deberás interiorizar aquellos pensamientos, ideas, leyes y hábitos que te permitan convertirte en un triunfador.

El objetivo es lograr que estas leyes del éxito, que a veces ignoramos, y otras veces mantenemos brevemente en nuestra conciencia, pasen a ser parte de nuestro pensamiento subconsciente, donde puedan tener permanencia y actuar de manera automática, guiándonos en nuestras acciones. Recuerda que al igual que las leyes que rigen el universo físico, las leyes para alcanzar el éxito afectan nuestras acciones, independientemente de que las conozcamos, las ignoremos o no sepamos de su existencia. Si te asomas por una ventana demasiado afuera, la ley de la gravedad operara sobre ti haciendo que caigas al vacío, así nunca hayas escuchado acerca de esta ley. Lo mismo sucede con los principios del éxito. Si los ignoramos pagaremos las consecuencias.

Claridad y deseo sostenido


La claridad es quitar de la arena de una playa todas aquellas rocas y conchas que lastiman tus pies al caminar. El deseo sostenido es seguir caminando por la playa (a pesar de que llueva o haya demasiado sol) para llegar al punto que te has fijado como meta.

La meta puede ser obtener mayores ingresos en tu profesión
Existen algunas profesiones tales como ser escritor, actor, poeta, filósofo o músico donde se asocia la idea de un salario bajo o inexistente. Nada más alejado de la realidad. No importa la vocación, el dinero es abundante para todo aquel que de verdad trabaje por obtenerlo y esto no implica invertir horas de sudor y mucho esfuerzo físico o mental, sino de planificar y administrar perfectamente tu productividad y resultados.

Debes comprender algo: tu límite no es ni está en el medio ambiente, ni en el medio laboral, ni en el medio social. Tu límite son tus pensamientos.Después de trabajar por cinco años en un puesto laboral relacionado con la Ingeniería en Cómputo, me decidí a ganar más dinero. Cansado estaba de tener que limitarme en mis gastos. No sabía como sucedería pero clarifique y mantuve mi deseo sostenido todo el tiempo.
En un plazo de un mes de haber tomado mi decisión, el área para la que laboraba fue disuelta. No había lugar para reacomodarme en algún otro lugar de la empresa. Comencé a preocuparme pero decidí confiar en mi mismo y acudí a diversas áreas internas a solicitar que me aceptaran. No tuve éxito. Un par de días después, me llamó el gerente de un área dedicada a las Finanzas. El buscaba que yo me cambiara a un área comercial para que a su vez el pudiera trasladar a una persona que estaba allí a su área financiera. Yo no acepté y fue cuando él me propuso unirme a su equipo debido a que tenía dos posiciones libres.
¿Yo financiero? Me lo cuestioné muchas veces. Yo soy Ingeniero en Cómputo. No se nada de finanzas y sin embargo algo en mí me dijo que aceptara. Al entrevistarme el gerente me propuso capacitarme para realizar mi trabajo sin problemas. Acepté. Por las condiciones de la empresa no podía tener un ajuste de mi sueldo, pero supe que el Universo había respondido de algún modo a mi llamado. Trabaje dos años con este gerente y aprendí rápidamente las finanzas. En todo el tiempo mantuve la claridad y el deseo sostenido. Quite las piedras de la arena: pensamientos negativos y criticas de amigos y compañeros “¿Tu financiero? ¡Pero si no estudiaste finanzas! ” Seguí fiel mi deseo y fue cuando llegó EL SECRETO a mi vida. Realicé visualizaciones y mantuve el agradecimiento de mi meta: obtener un 60% más en el ingreso de mi sueldo mensual. A los dos meses obtuve una propuesta en otra empresa y me ofrecieron justo lo que solicité: 60% más. Y me fue ofrecido por mis habilidades en el área de Ingeniería como en el área financiera.
Si ahora estás orientado en ver lo que te falta, deberás comenzar a cambiar esa visión forzándote a mirar lo que ahora tienes y que puedes agradecer: tu cuerpo, tu vida, el sol, las estrellas, pero sobre todo tu mente. TU MENTE. Tu mente logrará todo. No importa que tu cuerpo sea despojado de sus funciones si tu mente está intacta y con ella clarificar y sostener tu deseo.


MoZ para http://creaturealidad.com/

Las siete leyes mentales naturales


Bryan Tracy


La ley de las expectativas establece que todo lo que esperes con una determinada certeza se convertirá en tu propia profecía de autocumplimiento. Dicho de otro modo, lo que consigas en la vida no tiene necesariamente que ser lo que quieres, sino lo que esperes. Tus expectativas ejercen una poderosa e invisible influencia que hace que las personas se comporten y las situaciones se desarrollen según tus previsiones. Por tu forma de hablar sobre cómo piensas que resultarán las cosas, se diría que en cierto modo estás constantemente actuando como adivino de tu propia existencia.
Las expectativas que producen impacto en tu vida tienen cuatro fuentes. La primera son las expectativas de tus padres. Todos estamos inconscientemente programados para responder más o menos a las expectativas que nuestros padres tenían formadas de nosotros y que nos fueron comunicadas mientras crecíamos. La necesidad de tener el beneplácito de nuestros padres perdura incluso después que éstos no estén ya con nosotros.
La segunda fuente de expectativas que afecta a tu conducta está personalizada en tu jefe y en lo que éste espera de tu actuación en el trabajo. La gente que depende de jefes que manifiestan expectativas positivas suele ser más feliz en su trabajo, tener mejor actuación y conseguir más cosas que aquella otra cuyos jefes adoptan posturas negativas o críticas.
La tercera fuente está constituida por las expectativas que de ti tienen tus hijos, tu esposa y tus empleados. En este caso eres tú quien tiene un fuerte impacto en la personalidad, conducta y actuación de la gente que busca en ti guía y protección. Quizá la más efectiva y predecible conducta motivacional que puedas adoptar sea la de esperar lo mejor de los otros. Ten por seguro que entonces ellos tratarán siempre de quedar bien ante ti. Muchas personas atribuyen su éxito en la vida a la influencia de alguien respetable que constantemente reconocía sus méritos y les expresaba su confianza en que llegarían a ser algo más que de lo que eran en esos momentos. Quizá la cosa más amable que puedas hacer por tu prójimo es decirle: «Confío en ti. Sé que puedes hacerlo».
La cuarta fuente son las expectativas que tienes de ti mismo. Lo notable de las expectativas es que puedes fabricarte las tuyas propias.Puedes crearte tu propio aparato mental, tu forma peculiar de abordar el mundo, así como esperar lo mejor de ti en cada coyuntura. Tus propias expectativas son en sí mismas lo suficientemente poderosas como para neutralizar cualquier otra expectativa negativa que alguien pudiera tener de ti. Puedes crear a tu alrededor un campo de energía mental positiva si esperas con fervor sacar algo en limpio de cada situación. Imagínate que vas todo el día de un lado para otro creyendo que algo bueno te va a suceder. Piensa cuánto más positivo, optimista y jovial serías si estuvieses absolutamente convencido de que todo se conjura para hacerte feliz y exitoso. Cuando empieces a trabajar de modo consciente con esta ley mental, te harás para siempre con un poder que es prácticamente ilimitado. La fuerza de las expectativas positivas puede cambiar por sí sola tu personalidad y el signo de tu vida.



*EL OBSERVADOR*


"Todo es una película, una película dentro de otra"


PARAMAHANSA YOGONANDA, The Divine Romance.


Los ángeles piensan, a veces, que cuando nace un nuevo ser deberían poner a las puertas de la Tierra un cartel que dijera: "¡Cuidado! Entra usted en elocéano de la vida. De ahora en adelante nadará con sus propias fuerzas".

Perol a inmersión total en las aguas turbulentas de la vida cotidiana nos puede ahogar si no estamos atentos, por eso conviene apartarse, de vez en cuando, para cambiar la posición del participante por la del observador.

Cuando le llevaron a ver una película, Paramahansa Yogonanda dijo que, de repente, se había sentido un observador de la vida en su totalidad: "El cine, las emociones, la gente a mi alrededor ... todos eran figuras de esa enorme pantalla que es la conciencia cósmica".

En efecto, siempre que nos desconectamos con la realidad material, entramos en contacto pleno con la conciencia divina o de la divinidad. Paradójicamente, en ese momento comprendemos mejor todo lo que nos rodea.

Te sorprendería saber hasta qué punto resulta refrescantey esclarecedor observar a la humanidad activa – incluido tú mismo – sin prejuicios, como si fuera una película.

¿Verdad qué es un espectáculo?, y,una vez que se ha acabado, sales de la oscuridad a la luz.

Te propongo un sencillo experimento: deja lo que estás haciendo, mira lavida como si fuera una película y obsérvate a ti mismo como si fueras un personaje. ¿Qué haces y por qué lo haces? ¿Qué personajes te rodean? ¿Cómo es tu habitación? ¿Qué destacaría la cámara para mostrar quién eres tú?

Hazlo,al menos, unos minutos y prolóngalo si te da resultado. Luego podrías tomar nota de tus observaciones. Te sorprenderás de lo observado y esto, te cambiará la visión que de ti mismo tienes y de tu vida.


Meditación: "A veces me paro a observar el espectáculo de la vida y entonces, descubro quién soy en realidad".

Un poderoso proceso... que nos conecta.


Hola...

La vieja concepción del "jefe" (solo, huraño y encerrado en su oficina) ha cambiado.

Hoy su rol se ha ampliado tánto... como la cantidad de jefes (y empresas) se ha reducido!

Sabe que muchas cuestiones como los propósitos personales, los aspectos emocionales, o los valores de su personal son factores íntimamente conectados con los resultados de su organización... y no puede descuidarlos!

Además, las fuerzas económicas le exigen actuar con más creatividad, flexibilidad, regulaciones... y hacer mucho más de lo que hacía antes.

Evidentemente "ser jefe" hoy no es fácil... y mucho menos si no se sabe pedir ayuda. Quien está a cargo de una empresa no puede hacerlo solo; necesita la ayuda de quienes le rodean... tanto como de procesos que le permitan obtener esa ayuda: procesos para conseguir "lo mejor" de cada persona bajo su influencia.

Un proceso poderoso logrará conectar aquello que él desea (anhelos que hicieron posible el nacimiento de su empresa) con lo que desean los demás.

Un proceso es poderoso, cuando conecta la vida de las personas y las hace colaborar... para darle vida a una organización.

Club de la Efectividad

Un poderoso proceso... que nos conecta