“Por ti, por mí, por todos… no más muertes”
Miguel Sánchez Vidal
Una tarde de contrastes, disímbola. A la marcha convocada
por la Asamblea de Usuarios de Energía Eléctrica del Estado de Morelos y el
SME, para protestar por las altas tarifas de la CFE, se unieron un grupo de
ciudadanos, para protestar en contra de la violencia.
La marcha dio inició en la iglesia del Calvario, de donde
salieron por delante los convocantes en contra de la CFE, atrás, casi en
silencio, los ciudadanos indignados contra la violencia. Adelante, los del SME,
con sus pancartas y mantas bien impresas, con sus banderas rojas y sus
consignas bien ensayadas.
Atrás, el pequeño contingente, en su mayoría de jóvenes, en
el cual las pancartas fueron improvisadas y las consignas también… “No más
sangre”, “Basta de impunidad y violencia”, “Si el estado no garantiza la
seguridad de los ciudadanos que renuncien… organicemos la caída de los
ineptos”.
Mientras el contingente pasaba por enfrente del edificio
del Congreso estatal, los uniformados de la patrulla 2190 de la policía
metropolitana, apuntaban nombres atropelladamente en una libreta, “Hugo qué”,
preguntaba un policía a su comandante… “pérame, ahorita te digo…” y le daba
otro nombre.
Al entrar al zócalo, los contrastes se hicieron más
evidentes, el SME tenía el sonido listo para su mitin, con la base del asta
bandera como improvisado templete, iniciaron su asamblea de protesta contra las
políticas neoliberales, las altas tarifas de luz y el robo de CFE a los
mexicanos.
Del otro lado la ofrenda instalada el día anterior era
visitada por algunas personas que curiosas primero e indignadas después, leían
los cárteles que hacían poética alusión a la tragedia de los jóvenes
arteramente asesinados el pasado fin de semana.
Poco a poco, algunos ciudadanos de la marcha, se
acercaron, acomodaron las velas y cárteles, sacaron de sus bolsos más velas y
veladoras, y las encendieron. Poco a poco también, más personas comenzaron a
llegar al zócalo, con flores y velas, con cárteles y su indignación y dolor en
la mirada.
Entonces el grupo de ciudadanos contra la violencia se
volvió numeroso, más cárteles con consignas y protestas fueron pegados en las
paredes, en las rejas, en el piso: “¿Y sí los muertos se apellidaran Calderón y
Adame?”, decía uno, otro señalaba “Marco Adame, MM Garrigos, el costo que los
ciudadanos estamos pagando es muy alto. Basta de Ineptitud”.
Pero había uno que contrastaba fuertemente con los otros,
escrito en una cartulina color rosa fosforescente lacónico decía: “Dr. Adame
RENUNCIE ¡no lo extrañaremos! Amamos la Vida”. Otro más decía, “La calle no
debe ser campo de guerra. Mi casa no debe ser prisión”.
Enfrente, del otro lado, el mitin continuaba con orador
tras orador. A la llegada de Rocatto, el contingente de ciudadanos se organizó
de improviso, rápidamente, espontáneamente, para formar un círculo humano
tomados de las manos, mujeres, hombres, niños, adultos mayores, jóvenes con
melena larga y piercing, señoras llorosas, artistas consternados, se unieron en
una sola voz: No más sangre ni violencia.
“Por ti, por mí, por todos, no más muertes”, cantaban e
invocaban, a la vida, al amor y la paz, arropaban y hacian suyas las lágrimas
de dolor e impotencia de una chica que decía… “ellos eran mis amigos y no
quiero tener miedo, queremos poder salir y divertirnos, queremos vivir,
queremos que haya paz, queremos que haya justicia”…
Luego la gente se reunió al centro y formó una asamblea
ciudadana que tomó las decisiones de dejar de forma permanente la ofrenda en
honor a Juan Francisco Sicilia y los jóvenes asesinados hasta que se haga
justicia.
Y finalmente convocaron a la ciudadanía a marchar este
miércoles 30 de marzo, a partir de las 6 de la tarde, por las calles de la
ciudad para protestar contra la violencia y pedir justicia… una marcha sólo de
ellos, de esta ciudadanía que no quiere ceder
ante la violencia y el miedo, que espontáneamente se organiza y camina,
canta, llora y pide, exige justicia.
(Crónica publicada en 2011, en el Diario de Morelos)